Cuando era joven me preocupaba por tratar de entenderlo todo: el cero y el infinito, el mundo de los átomos y de las galaxias, el mito de las almas y de los dioses.
En la vejez uno entiende que la razón no puedes usarla para entender lo que está fuera de su alcance.
Todo lo que le da coherencia a nuestra irracional existencia se sustenta en fantasías estúpidas creadas por la imaginación de nuestro cerebro. La forma que tenemos de ver y entender el mundo se fundamenta en cuentos chinos creados por nuestra imaginación y que nosotros creemos como verdades absolutas.
A pesar de ello nos hacemos llamar Sapiens sin sonrojarnos.
Todo lo que le da coherencia a nuestra irracional existencia se sustenta en fantasías estúpidas creadas por la imaginación de nuestro cerebro. La forma que tenemos de ver y entender el mundo se fundamenta en cuentos chinos creados por nuestra imaginación y que nosotros creemos como verdades absolutas.
A pesar de ello nos hacemos llamar Sapiens sin sonrojarnos.