Nacemos en una barca varada sobre la playa. Pronto, y casi sin darnos cuenta, nos la van llenando con una pesada carga de principios, normas, verdades absolutas, supersticiones y mitos. Se va haciendo más y más pesada. Se hace tan pesada que ni las olas, ni las mareas consiguen hacerla flotar.
La mayoría pasan toda su vida, confortablemente, sobre la arena, protegiendo y defendiendo el lastre acumulado.
Unos pocos, de noche y a escondidas, intentan echar todo por la borda.
Unos pocos, de noche y a escondidas, intentan echar todo por la borda.
Los que consiguen escapar del engaño se sienten finalmente libres, pero solos, en medio del océano y a la deriva.