Don Manuel Yanes era el cura de San Sebastián de la Gomera cuando yo era un niño. Yo fui, con 7 u 8 años, monaguillo de su Iglesia. En Semana Santa, cuando había una boda o algún acto religioso relevante solía darnos una propina por nuestro trabajo. Una propina que nosotros agradecíamos llenos de alegría. Recuerdo que al finalizar una Semana Santa le dió a cada uno de sus monaguillos una moneda de cinco pesetas. Yo me senté en la acera, junto al carrito de los helados, y me comí, sin descansar, cinco polos, uno tras otro.
Don Manuel Yanes era amigo de mi padre. Recuerdo verlos sentados en la Plaza del Kiosco tomando una cerveza a la sombra de aquellos laureles gigantes.
Yo dejé de ser monaguillo cuando él se fue. Luego me enteré que había colgado la sotana y se había marchado a Venezuela.
Yo nací cuando mi padre tenía 46 años. Seguramente por eso él siempre me habló como un abuelo. Cuando vivíamos en el telégrafo de La Orotava, siendo yo un joven de unos 18 años, me dijo que su amigo, Don Manuel Yanes, le había dicho en una ocasión: "Me siento fracasado, Fernando, creo que los que vienen por la Iglesia, a pesar de presumir de cristianos, son aquellos del pueblo que menos respetan el Nuevo Testamento."
Don Manuel Yanes tuvo que haber sido un hombre muy valiente y haber estado muy seguro de las virtudes de su amigo Fernando Espinosa, para atreverse a exteriorizar sus pensamientos, siendo quien era, en aquellos años de dictadura inquisitorial.
No sé qué habrá sido de él, pero en mi memoria conservo su entrañable recuerdo.
Mi amiga, Encarna Jerez Padrón, que vive en San Sebastián de la Gomera y que acaba de leer este texto, me aclara:
"Don Manuel Yanes era un hombre alto y bien parecido. Hace unos años regresó de Venezuela, ya muy mayor, con la intención de pasar sus últimos días en La Gomera, pero no pudo realizar su sueño. Murió en Tenerife a los pocos días de llegar."
Rezo, esperanzado, para que Dios exista y para que lo lleve hasta la Plaza del Quiosco y lo siente junto a su amigo Fernando Espinosa a tomar una cerveza.