Con la lluvia de la noche y los primeros rayos del sol, todo el campo, alrededor de la casa, se pinta de un verde luminoso. Hasta dentro de las habitaciones llega el aroma embriagador de las plantas y el canto enamorado de pájaros, gallos y grillos. Ahora, que ya ha pasado el amanecer y el sol se aleja del horizonte, se escucha solo el silencio.