Ayer, en la cola de la caja del supermercado, mientras la cajera atendía a la señora que me antecedía:
-Tengo tanta fe en el Cristo de La Laguna -dijo la cajera.
-Yo también, pero mi verdadera devoción es por la Virgen de Candelaria -aclaró la señora.
Un poco después, cuando la cajera me atendía a mí y mientras se colocaba la mascarilla:
-El calor que hace y esta dichosa mascarilla. La llevo porque me lo exige la empresa, pero yo no creo en todas esas mentiras del virus.
-Tengo tanta fe en el Cristo de La Laguna -dijo la cajera.
-Yo también, pero mi verdadera devoción es por la Virgen de Candelaria -aclaró la señora.
Un poco después, cuando la cajera me atendía a mí y mientras se colocaba la mascarilla:
-El calor que hace y esta dichosa mascarilla. La llevo porque me lo exige la empresa, pero yo no creo en todas esas mentiras del virus.