martes, 24 de enero de 2017

Darwin


En la conferencia que el filósofo Karl R Popper dió en el Darwin College de Cambrige, el día 8 de noviembre de 1977, sobre “la selección natural y el surgimiento de la mente”, dijo: “Darwin no es solamente el más grande de los biólogos sino también una persona admirable, venerable y encantadora. En sus cartas y en su biografía se descubre un ser humano casi perfecto en su sencillez, humildad, modestia y devoción por la verdad”.
Los grandes innovadores de la ciencia son aquellos que han sabido desprenderse del orgullo y la soberbia que rige el comportamiento de nuestra especie.
¿Cómo es posible, si no, que un hombre que fue educado en el convencimiento de que pertenecía a una especie superior, creado por un dios y provisto de un alma inmortal, pudiera, guiado por la razón, arrancarse la corona real y ponerse a caminar, de igual a igual, con los otros seres vivos del planeta?