El "Lancelot" (Acuarela de Miguel de Luis)
Pueblos de paralelepípedos blancos, mar, volcanes, camellos, salinas, palmeras, cisternas y viento era el Lanzarote, todavía sin turismo, cuando en 1928 llegó mi tío, Agustín Espinosa García, para poner a caminar el primer Instituto de Segunda Enseñanza de la Isla. Durante su estancia, este joven profesor de literatura e inquieto soñador, nos regaló la mitología maravillosa de su Lancelot 28º-7º. Un nombre incorporado ya a la propia Isla, pero un libro que sigue esperando, después de 92 años, la lectura entusiasta de todos los canarios. César Manrique dijo: "Agustín Espinosa fue el primero que con su magia nos descubrió la belleza de esta Isla".
Por él, por su prosa exacta y por su imaginación prodigiosa, he escrito en la popa de mi viejo velero el nombre de “Lancelot”.
Mi Lancelot es blanco, como la dulce sal de nieve del Janubio. Tiene 9,01 metros de eslora y 2,86 de manga. Pesa 3.415 kilogramos y su mástil mide 11 metros. Su modelo, Sirocco MK2, fue diseñado por Angus Primrose y construido por Manufacturas Mistral, S.A., en Barcelona, el año 1974.
A pesar de su edad -46 años- todavía cabalga sobre el Atlántico y salta el obstáculo azul y blanco de las olas.
A pesar de su edad -46 años- todavía cabalga sobre el Atlántico y salta el obstáculo azul y blanco de las olas.
Sus compañeros de viaje son: el viento, que le da la energía, el mar, donde ara su surco la carena, las nubes, el sol, los sueños...
Está construido con fibra de vidrio, poliester, acero, aluminio y madera. Cuando descansa, amarrado en el puerto, puede parecer un objeto inanimado, pero cuando sale a la mar y lo besa el viento se transforma. Se convierte en un animal mitológico. Mezcla de delfín, caballo y gaviota. Delfín, por cómo acaricia el océano; caballo, por cómo salta sobre las olas y gaviota, por sus velas blancas.