sábado, 16 de septiembre de 2017

La vida.

Hace unos días le escuché a un joven, que llevaba un vaso en la mano y una amplia sonrisa en su rostro, esta frase: "La vida es para vivirla, no para entenderla".
Qué gran verdad, pensé primero, y no como el estúpido autor de este blog que hace todo lo contrario.
Pero luego... Creo que esa forma de entender la vida es la que nos ata al sistema, nos destruye el espíritu crítico y nos hace andar junto al rebaño. Sí, es posible que así se sea más feliz, pero es una estúpida felicidad.
Pero ahora, finalmente, pienso que las dos formas son igualmente inútiles y estúpidas.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Al final.

El viejo profesor, después del paseo matinal y como era su costumbre, se sentó en un banco del parque a reflexionar.
¡Cómo cambia nuestra visión del mundo y de la existencia con el paso del tiempo!, pensó... y siguió pensando.
Luego sacó de un bolsillo la pequeña libreta, que siempre le acompañaba, y escribió:


Nosotros.
Nuestra especie.
Nuestras razones.
Nuestros mitos.
Nuestros dioses.
Todos los libros.
Todas las obras de arte.
Las computadoras.
Las grandes construcciones
y las naves espaciales.
Este diminuto planeta que nos hace girar sin sentido.
El universo en el que estamos atrapados.
Tienen el mismo valor absoluto,
que esta humilde hoja,
que la brisa pasea,
cerca de mis zapatos,
por el suelo del parque.