viernes, 26 de octubre de 2018

Los gallos(NO)


Parecía que, después de la transición política, las dos españas, tan bien definidas por Machado, se habían ido difuminado hasta casi desaparecer. Pero era una ilusión, no estaban muertas, solo dormían. Han despertado de nuevo llenas de furia y energía. Cada vez se diferencian y se distancian más y más, cada una encerrándose en sus sin razones. Y como dos gallos en la arena se miran con rabia  amagando con aniquilar al adversario.
Por otro lado, en el mundo que nos rodea, cada grupo de poder creado alrededor de una raza, de una religión, de una forma de de pensar, de un equipo de fútbol o de un territorio se siente superior a los otros, a los que intenta humillar y doblegar. Un mundo regido por personajes como Donald Trump o Vladimir Putin y por el fanatismo fascista que se extiende como una epidemia.
Mientras tanto la sabiduría de los clásicos duerme completamente olvidada en las bibliotecas, igual que las enseñanzas de los profetas fundamentadas en el amor al prójimo. Esa es la gran virtud de nuestra especie. Con la mayor naturalidad y sin sonrojarnos somos capaces de leer, predicar y alabar el Nuevo Testamento, mientras solo nos preocupamos por poseer, dominar, competir y destruir a "los diferentes".
Y aunque nos empeñemos en autoengañarnos ese es lo que somos y ese es el mundo que tenemos.

viernes, 19 de octubre de 2018

Amanecer (Revisar)


Amanecer de otoño (4 de octubre de 2018)


Esos amaneceres no existen fuera de nosotros. Ahí fuera solo hay fotones con sus diferentes longitudes de ondas que nuestro cerebro, diseñado solo para la supervivencia, traduce en esas impresiones que, no entiendo por qué, nos resultan tan placenteras.
La percepción nos enseña que todos vivimos en un mundo virtual que solo existe en el interior de nuestros cerebros. Estamos incapacitados, por nuestra propia naturaleza, para conocer el mundo exterior.
El que nunca ha oído hablar de la percepción es como un ciego que siempre ha vivido entre ciegos y que no puede ni siquiera sospechar de la existencia de la luz. El que la conoce es como un ciego que vive entre videntes y aunque sabe que existe, nunca llegará a verla.
Sabemos también que somos un humilde ser vivo más, consecuencia de un caprichoso proceso evolutivo.
No obstante, todos vivimos en el engaño porque la realidad nos aterroriza. Como locos caminamos erguidos, orgullosos, convencidos que somos superiores a los otros animales que pueblan el planeta, en posesión de verdades objetivas y,  como si con eso no bastara, nos creemos en posesión de un alma inmortal y de una vida eterna. 




"El 96 % del mundo que nos rodea es completamente desconocido para nosotros."
Robert Wilson (Radio Astrónomo estadounidense y
Premio Nobel de física de 1978).
    

"La percepción nos enseña que el mundo virtual que vemos en el interior de nuestro cerebro no tiene nada que ver con el real que puede existir en el exterior y el cual nunca llegaremos a conocer por las limitaciones de nuestros propios sentidoComo sonámbulos los científicos han estado siempre caminando a tientas entre los oscuros misterios del universo, guiados por el sueño de la razón, en un vano intento de descubrir la realidad objetiva del mundo. Hasta que poco a poco se ha hecho patente que esa realidad es inalcanzable. Lo único que podemos conocer es la imagen virtual del mundo interior creada por la mente.
                                            Teodoro Vives (Astrofísico español).





miércoles, 3 de octubre de 2018

Juventud (NO)

Dos o tres días por semana acostumbro a pasar por la Universidad. En el bar desayuno rodeado de alumnos y luego me sumerjo en la biblioteca. Me siento a gusto rodeado de estos jóvenes que, desde mi vejez, parecen casi niños.
Los contemplo e intento adivinar sus sueños de futuro. Es posible que ellos sueñen solo en tener un buen trabajo, un buen coche y una buena casa,  pero yo me ilusiono pensando que sueñan con escribir un bello poema, como Machado; o un cuento sorprendente, como Oscar Wilde; o en encontrar una nueva interpretación de la cosmogonía; o en darle un giro a nuestra forma de ver el mundo, como Galileo, Descartes, Kant o Darwin.
Imploro a los dioses por su libertad. Para que consigan escapar de los perros que agrupan al rebaño. Para que nunca se aten a ningún grupo, ni a ningún sistema, ni a ninguna corriente de pensamiento, ni a ninguna religión, ni a ninguna patria. Para que consigan ser ellos mismos y, como el viento, se paseen por la vida sin echar raíces .