Dedicatoria: Para mis tíos Agustín, José y Antonio.
Nunca conseguí echar raíces en ningún lugar, ni adherirme a las corrientes generales que agrupan a mis semejantes en torno a una religión, un club de fútbol, un país, una raza, una cultura o una forma de pensar.
Siempre apartado. Siempre al margen. Siempre observando en soledad desde la lejanía.
Siempre huyendo de la corriente que todo lo engulle y homogeneiza.
Es todo tan claro, tan simple y tan sencillo y esa majadería nuestra de hacerlo todo farragoso, complicado y turbio, por negarnos a aceptarnos tal y como somos.
Es todo tan claro, tan simple y tan sencillo y esa majadería nuestra de hacerlo todo farragoso, complicado y turbio, por negarnos a aceptarnos tal y como somos.