Anoche sentí pena. Recordé a los viejos pensadores que soñaban con un país nuevo y que después del 18 de julio de 1936 tuvieron que emigrar o esconderse tras el silencio. Por momentos dudé si el "debate" de la TV no era realmente uno de esos programas de la 5.
Ayer fue un día feliz recordando a los que ya se fueron. Debería hacernos pensar que todos los que vivimos ahora, incluidos los que acaban de nacer, dentro de muy poco estaremos, todos juntos, con ellos. Habremos dejado las pasiones y el odio de este infierno y habrá terminado para siempre toda esta miseria nuestra. No desesperes, el paraíso de la nada está ahí, al alcance de la mano, cerca, muy cerca.