jueves, 29 de noviembre de 2018

El primate soñador (NO)

Hoy sabemos, con la ayuda de Darwin, que estamos hechos de la misma materia que los demás seres vivos, que hemos evolucionado y que somos la consecuencia de un proceso de selección natural.
Los estudiosos de la evolución dibujan una cadena de homínidos unidos todos por líneas y al final de la última línea, a nosotros, los Sapiens.
Y eso es lo que somos, aunque el pánico nos impida aceptarlo. Nos empecinamos, por un lado, en borrar esa última línea que nos une a las otras especies y, por otro,  en engañarnos con los cuentos de hadas  de lo sobrenatural. Así vivimos entre la racionalidad y el disparate, para intentar -sin conseguirlo del todo-  sentirnos diferentes, superiores, excepcionales y eternos.


EVOLUCIÓN DE LOS PRIMATES


EVOLUCIÓN DE LOS HOMÍNIDOS

martes, 27 de noviembre de 2018

Gloria Fuertes. (NO)

Parece que fue ayer,
pero hoy,
hace veinte años,
que la gran Gloria
se nos fue.


El sofá y la TV se ocupan de mantenernos agrupados en torno al fútbol, los concursos, los detectives, los cowboys, la basura y las discusiones políticas. La poesía de Gloria nos levanta y nos ayuda a esquivar los perros que guardan el rebaño.


Parece que fue ayer,
pero hoy,
hace veinte años,
que la gran Gloria
se nos fue.



En las noches claras,
resuelvo el problema de la soledad del ser,
Invito a la luna y con mi sombra somos tres.
                                                           Gloria Fuertes

lunes, 26 de noviembre de 2018

XXXLa atalaya (filosofía)

El río del tiempo lo había empujado hasta casi tocar el final del camino. El viejo profesor se había encontrado, por fin, con la serenidad de los años. Había logrado liberarse de las grandes mentiras y de los complejos de superioridad que ciegan y atormentan a los de su especie. Sentado en el banco de madera del parque, miraba hacia el suelo, serio y taciturno.
Sus lecturas y sus largos paseos le habían  llevado, como a Don Quijote, hasta la apartada morada donde ahora vivía. Desde allí, tenía la visión de un águila. Contemplaba todo como si estuviera en una nave espacial, en otra galaxia o como si la muerte le hubiera liberado de las pasiones. Aunque, con frecuencia, pensaba que lo que hacía era soñar desde lo más hondo de una profunda cueva.
Cansado, ya solo pensaba ilusionado con precipitar su regreso al misterioso paraíso infinito de la nada.
Extrajo del bolsillo la pequeña libreta, que siempre le acompañaba, y escribió:


LA ATALAYA


Ahora ya,
permanentemente,
tengo presente las dimensiones del universo visible,
las de nuestra galaxia,
las de nuestro sistema solar,
las de nuestro planeta,
las del pequeño lugar que habito
y el que ocupa mi insignificante cuerpo.

Ahora ya,
permanentemente,
tengo presente el tiempo de mi efímera existencia,
el de mi especie,
el de la vida sobre el planeta,
y el transcurrido desde el big-bang.

Ahora ya,
permanentemente, 
tengo presente
que desde el punto de vista evolutivo,
todas las especies que existen sobre el planeta,
incluida la nuestra,
tienen el mismo valor y trascendencia.

Ahora ya,
permanentemente,
soy consciente que nuestro cerebro
es un fortuito capricho de la evolución
como los dientes del león o las alas de las ave, 
diseñado solo y exclusivamente para supervivencia.

Ahora ya,
permanentemente,
tengo presente
que el instinto de supervivencia,
la conciencia de la muerte
y el pánico
nos han conducido hasta un fantástico mundo imaginario
de dioses y almas.

Ahora ya,
permanentemente,
tengo presente que nunca llegaremos a conocer el mundo,
el real, el exterior, el de ahí fuera.
Tendremos que conformarnos solo con el virtual,
con el sueño imaginario que crea nuestro cerebro
con las señales eléctricas que le llegan de los sentidos.

Ahora ya,
permanentemente,
tengo presente que todos nosotros
vemos el mundo como si fuéramos el centro del universo.
De ahí nuestra miopía, arrogancia y soberbia. 

domingo, 11 de noviembre de 2018

XXX Epílogo en la isla de las maldiciones.

Cuando me asome, una noche, al espejo, con un candelabro encendido entre las manos, veré amanecer tras el cristal mi imprevista vejez precipitada por una lívida tarde sin proa.
Me voy hundiendo, atropelladamente, en un ocaso, que se hace cada vez más hondo, precedido por la ávida cita de una estrella.
Una mañana, me despertaré huésped de mis alas maltrechas y no volveré a dormirme, con ellas, acaso.

                                            Agustín Espinosa García 
Epílogo en la isla de las maldiciones
Crimen (1934)



      Tío Agustín, con solo 37 años -era la edad que tenía cuando publicó "Crimen"- empezaba a escribir por donde la mayoría termina.  

viernes, 9 de noviembre de 2018

Hastío ???

Ya el viento se cansó de hacer bailar a las palmeras
y el mar de besar las playas de la isla
y el lector de las hojas de los libros
y las ruedas de girar en los caminos.

Alimentados con antidepresivos
 nos sentamos inertes,
 ante el televisor,
mientras pasa el tiempo de la vida.

sábado, 3 de noviembre de 2018

XXX Cuando descubres el engaño (poesía)


Cuando descubres el engaño.
Cuando te haces consciente de ti mismo.
Entonces descubres el engaño
y tiras por la borda todo lo que te enseñaron.
Entonces, de verdad, estás perdido.
Ya no puedes refugiarte en la mentira.
Y, aunque el vértigo te asuste,
ahora tienes que mirar a la vida cara a cara,
mientras sigues  solo y aturdido.


jueves, 1 de noviembre de 2018

La enseñanza (No)




Ayer mis primos, Luis Espinosa García y Margarita Rodríguez Espinosa, presentaron, en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, este libro sobre el primer Colegio de Segunda Enseñanza que la familia liberal de los Espinosa fundó en 1927 en el Puerto de la Cruz. Mi padre fue su profesor de historia en esa primera etapa. El colegio estuvo cerrado durante la guerra civil y aunque se abrió posteriormente mi padre no volvió a tener contacto con él. Se fue a La Gomera después del golpe de estado, pero siempre nos habló orgulloso de sus años de profesor.


Profesores del colegio
(Mi padre, en el centro, entre tío Juan y tío Luis)